Los
procesos biológicos y, por ende, los relacionados con la sociedad, se han
adaptado a diversos factores del ambiente en el que han desarrollado. Uno de
ellos es el clima, el cual se define
como las condiciones predominantes de la atmosfera cercana a la
superficie terrestre sobre un lugar o región durante un largo periodo (años,
decenios, siglos, miles de años). Muchos patrones de distribución espacial y
temporal de procesos biológicos y socioeconómicos están, en gran parte,
regulados por el clima. La variabilidad climática, es decir, las fluctuaciones
extremas de esta condición predominante o su modificación, el cambio climático,
afectan los procesos biogeofísicos y socioeconómicos, lo que trae consigo
importantes repercusiones positivas y negativas en los ecosistemas y en la
sociedad.
Desde
el punto de vista de la epidemiología, la salud pública y la gestión de la
salud, existe gran preocupación por el impacto que el cambio climático viene
ejerciendo sobre la salud humana. Hay evidencias claras sobre las alteraciones
que se están presentando en el clima en diferentes partes del mundo;
igualmente, hay estimativos confiables sobre la magnitud que éstos podrían
adquirir en la segunda mitad del presente siglo y de las acentuadas
alteraciones que tales cambios podrían ocasionar en los patrones de
distribución de los agentes infecciosos y de sus vectores, y en general, sobre
los sistemas de salud de los países.
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