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lunes, 24 de septiembre de 2012

La muerte del “Río Hablador”



El Río Rímac: La muerte del “Río Hablador” .Es uno de los ríos más importantes del país, no por su caudal de agua ni por el tamaño de su cuenca, sino porque abastece agua y electricidad a Lima Metropolitana, donde se concentra más del 30% de la población del país. El tratamiento que se le da a la cuenca del Rio Rímac se pude considerar como el modelo de la improvisación y de la falta de previsión en el largo plazo. En la cuenca se hace todo lo posible para desmejorar el abastecimiento de agua para Lima: (a) la cobertura vegetal es destruida gradualmente por tala, quema y sobrepastoreo; (b) las aguas son contaminadas intensamente por las aguas servidas y las basuras de los centros urbanos (Morococha, San Mateo, Matucana, Chosica, Chaclacayo, etc.), que son vertidas sin previo tratamiento a su cauce; y (c) los centros mineros vierten sus desechos tóxicos casi sin restricción alguna a la cuenca.

Deshielo de los glaciares



En Perú y Bolivia se ubica la mayor  extensión de glaciares tropicales del mundo; 70 % del total de glaciares de América Latina se ubica en Perú y 20% en Bolivia. Estos países también alojan algunas de las mayores concentraciones de pobreza y desigualdad social y económica de América Latina –la región más desigual del mundo. El derretimiento de los glaciares no sólo amenaza con disminuir la disponibilidad de agua, sino con profundizar dichas desigualdades. Desde comienzos de 1970, se calcula que el área superficial de los glaciares de Perú se ha reducido entre 20% y 30% y el casquete de hielo de Quelccaya en la cordillera Blanca está perdiendo prácticamente una tercera parte de su área. Un peligro inminente es que el hielo derretido provocará la formación de lagos de glaciares más grandes, produciendo mayor riesgo de inundaciones, avalanchas, deslizamiento de lodo y ruptura de represas. Los signos de advertencia ya son evidentes: por ejemplo, el área superficial de la laguna Safuna Alta, en la Cordillera Blanca en Perú, ha aumentado cinco veces desde 1975. Muchas cuencas alimentadas por glaciares han sufrido un incremento de la escorrentía en los últimos en los últimos años. Sin embargo, los modelos predicen un descenso rápido de los caudales después de 2050, especialmente en la estación seca. Esto es una preocupación particular para el Perú. Las poblaciones que viven en zonas costeras áridas. Incluida Lima, la capital, dependen de manera crítica del abastecimiento de agua proveniente del deshielo de los glaciares en los Andes. 

CAMBIO CLIMÁTICO Y AMENZAS PARA LA SALUD


Los procesos biológicos y, por ende, los relacionados con la sociedad, se han adaptado a diversos factores del ambiente en el que han desarrollado. Uno de ellos es el clima, el cual se define  como las condiciones predominantes de la atmosfera cercana a la superficie terrestre sobre un lugar o región durante un largo periodo (años, decenios, siglos, miles de años). Muchos patrones de distribución espacial y temporal de procesos biológicos y socioeconómicos están, en gran parte, regulados por el clima. La variabilidad climática, es decir, las fluctuaciones extremas de esta condición predominante o su modificación, el cambio climático, afectan los procesos biogeofísicos y socioeconómicos, lo que trae consigo importantes repercusiones positivas y negativas en los ecosistemas y en la sociedad.
Desde el punto de vista de la epidemiología, la salud pública y la gestión de la salud, existe gran preocupación por el impacto que el cambio climático viene ejerciendo sobre la salud humana. Hay evidencias claras sobre las alteraciones que se están presentando en el clima en diferentes partes del mundo; igualmente, hay estimativos confiables sobre la magnitud que éstos podrían adquirir en la segunda mitad del presente siglo y de las acentuadas alteraciones que tales cambios podrían ocasionar en los patrones de distribución de los agentes infecciosos y de sus vectores, y en general, sobre los sistemas de salud de los países.

Entre las posibles repercusiones del cambio climático sobre la salud humana se encuentran efectos directos como el aumento de incidencia de enfermedades transmitidas por vectores y de las ocasionadas por alérgenos y contaminantes transmitidos en aerosoles. También se deben tomar en cuenta las repercusiones indirectas sobre la nutrición dados sus efectos en la producción de alimentos y su valor nutricional, las generadas por la alteración de la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos (muertes y mortabilidad por daños directos a las personas y a la infraestructura sanitaria) y los daños a los sistemas ecológicos y sociales. Por lo tanto lo anterior, es pertinente y urgente conocer con mayor precisión la relación existente entre el clima y los diferentes aspectos de la salud humana, más concretamente, sobre los posibles resultados de la variabilidad y del cambio climático, con el fin de identificar y orientar con mayor fundamento de las medidas necesarias para reducir la vulnerabilidad de  los países en esta materia. Siendo asimismo causantes de este cambio climático la contaminación ambiental  que se presenta, el efecto invernadero y por consiguiente el calentamiento global que está suscitando últimamente a nivel mundial.